viernes, 22 de febrero de 2008

Viajar a Australia

Muchos abrigan una imagen muy particular de Australia, como la ópera de Sydney o Ayers Rock, pese a que estos famosos iconos rinden escaso honor a la abundancia de tesoros naturales del país, así como a su diversidad cultural y a su inmensidad. Australia ofrece experiencias de todo tipo, desde el extraordinario campo desierto y el espectáculo de la Gran Barrera de Arrecifes hasta el carácter cosmopolita de Sydney y sus extensas playas, consideradas las mejores del mundo. Australia es un país enorme, de modo que aquellos que alberguen la idea de acudir a la ópera en Sydney una noche y visitar Cocodrilo Dundee al día siguiente más vale que repasen sus conocimientos de geografía. Su extensión, junto a la fricción entre el antiguo territorio impregnado de tradición aborigen y la cultura occidental posteriormente adoptada, confiere a Australia gran parte de su carácter.

Cualquier época es adecuada para visitar Australia. El verano (de diciembre a febrero) es tremendamente caluroso en todas partes, a excepción de Tasmania. Durante estos meses, los estados del sur se transforman en destinos playeros. Más al Norte, se vive una temporada realmente húmeda en la que el mar está plagado de medusas. En esta época el Extremo Superior es de un verde sublime, y recibe pocos turistas.

De junio a agosto, las cosas se han refrescado hacia el Sur y se han secado mucho hacia el Norte. Es una época perfecta para visitar Queensland o el campo. Para aquellos que prefieran esquiar, es el momento de ir a las estaciones de Victoria y Nueva Gales del Sur. Las temporadas más indicadas son primavera y verano, ya que el clima se suaviza; en primavera, se puede disfrutar de las flores silvestres en el campo, mientras que el otoño es particularmente hermoso en Canberra y en los Alpes australianos. Es preferible evitar desplazarse a Australia en Semana Santa, para evitar el caos de las carreteras provocado por las vacaciones.

Sydney
La primera ciudad de Australia es su asentamiento más antiguo, el centro de poder económico de la nación y la capital del país en todo menos nominalmente. Fue construida a orillas del imponente Port Jackson y en la actualidad es una metrópoli vital, egocéntrica, rebosante de una urbanidad despreocupada y obsesionada servilmente por todo tipo de modas. Los magníficos Juegos Olímpicos celebrados en Sydney en el año 2000 han incrementado la fama de la ciudad como una urbe civilizada, acogedora y entretenida.

Para demostrar que se ha visitado Australia, nada mejor que sacarse una foto del Sidney Opera House, con el Sidney Harbour Bridge al fondo.

Melbourne
La segunda ciudad de Australia es un lugar contradictorio, repleto de encantos ocultos; una comunidad residencial junto a la bahía del revuelto río Yarra; una urbe cosmopolita, culta, amante del fútbol y conservadora... Un verdadero paraíso para los vanguardistas. Está repleta de tiendas, restaurantes, vida nocturna y actividades deportivas. Muchos habitantes de Melbourne creen vivir en una de las ciudades más activas del mundo.

Desde Melbourne merece la pena salir de excursión hacia Phillip Island, con sus pingüinos, al prístino Wilsons Promontory y al Great Ocean Road, una ruta que bordea la costa suroeste de Victoria.

Gran Barrera de Arrecifes
Uno de los mayores bienes de Australia es el arrecife que recorre la costa de Queensland, estimado como una de las maravillas naturales del planeta; se trata de la barrera de arrecifes más extensa y la mayor estructura formada por organismos vivos que existe en la Tierra. En el Norte, el arrecife, situado a sólo 50 km de la costa, discurre de manera casi continua; en el Sur, más bien se aprecian arrecifes individuales, en determinados lugares a más de 300 km de la costa. Cientos de islas salpican la zona del arrecife, y cerca de veinte cuentan con instalaciones turísticas; mientras que en otras muchas es posible acampar.

Cairns
Cairns es la capital turística del extremo norte y uno de los destinos más demandados por los viajeros. Hasta hace poco, sólo era un remanso tropical aletargado; gran parte de su encanto y languidez han desaparecido con el fulminante crecimiento de la infraestructura turística, pero es una base ideal para explorar las riquezas de Queensland. Desde Cairns es factible organizar excursiones a la Gran Barrera de Arrecifes, a Green Island, a Fitzroy Island, a la meseta de Atherton, al mercado de Kuranda, a la franja de 50 km de playa que se extiende al Norte hasta Port Douglas, y a la selva y al panorama costero de Cape Tribulation y del río Daintree.

Darwin
La capital de Australia del Norte está más cerca de Yakarta que de Sydney y de Singapur que de Melbourne, de manera que no es extraño que recuerde más a Asia que al resto de Australia. Dicha proximidad con los vecinos norteños se refleja en la atmósfera tranquila, cosmopolita y tropical de la ciudad.

Ulurú (Ayers Rock)
Ulurú es un enclave de gran relevancia cultural para los aborígenes de Anangu y el símbolo más conocido del paisaje australiano. El peregrinaje a Ulurú y el ascenso de infarto hasta la cima se convirtieron en un ritual australiano, aunque los propietarios aborígenes siempre prefirieron que los visitantes no treparan por las rocas, y muchos respetan actualmente sus deseos. El gigantesco peñasco de 3,6 km de largo se eleva hasta 348 m desde el monte bajo circundante, absolutamente liso, ubicado en medio del campo; impresiona especialmente al amanecer y al atardecer, cuando la roca roja cambia de matices. Algunos paseos alrededor de la base de la roca permiten contemplar diversas cuevas, parajes sacros aborígenes y pinturas rupestres. En el cercano Kata Tjuta (el Olgas), 32 km al oeste de Ulurú, hay otros monolitos de belleza comparable, y el monte Olga es realmente mucho más elevado que Ulurú. El valle de los Vientos es un circuito de 6 km muy recomendable.

Brisbane
Brisbane es la tercera metrópoli de Australia en tamaño y la capital de Queensland. Considerada por los australianos como una urbe descuidada, se ha zafado de esta mala reputación y se ha transformado en un centro floreciente al albergar toda una serie de eventos internacionales importantes en los años ochenta, entre ellos los Juegos de la Commonwealth de 1982 y la Exposición Universal de 1988. Brisbane se ha adjudicado el papel de ciudad cosmopolita y animada, con barrios interesantes, una calle de cafeterías, un gran parque a orillas del río, un repleto calendario cultural y una animada vida nocturna.

Perth
Perth, la capital occidental, es moderna y vibrante, emplazada entre los ríos Swan y Canning, con el cerúleo océano Índico hacia el Oeste y la cordillera Darling hacia el Este. Su estado es el más soleado de Australia, aunque lo verdaderamente llamativo es su aislamiento del resto del país, ya que Perth se encuentra más próximo a Singapur que a Sydney.

Canberra
Canberra es una creación fascinante del siglo XX que ha luchado por establecerse como epicentro de la historia, el orgullo y la identidad nacional de Australia. Canberra se enorgullece de haber sido durante mucho tiempo ciudad de políticos y burócratas que viven a costa del duro trabajo de la gente del campo. Actualmente esto ha cambiado: los políticos se van a casa el fin de semana y numerosos burócratas han perdido sus trabajos a causa de los recientes recortes de los servicios públicos. Canberra ha pasado de federación de bebés a metrópoli adulta con todos los problemas y ventajas que ello conlleva.

Adelaida
Cuando los primeros colonos fundaron Adelaida, construyeron con piedras una ciudad sólida y de aspecto solemne, civilizada y tranquila como ninguna otra capital de estado de Australia. La firmeza va más allá de la arquitectura, ya que hubo una época en la cual fue considerada la ciudad de los beatos, o sea de intransigentes puritanos, adquiriendo fama por su número desproporcionado de iglesias. Actualmente, los pubs y salas de fiesta superan en número a las iglesias. Esta población se asienta en un emplazamiento excelente, con el centro rodeado de zonas verdes y el área metropolitana bordeada por las colinas de la cadena del monte Lofty y por las aguas del golfo de San Vicente.

Hobart
Hobart es la capital meridional. El hecho de que sea pequeña (129.000 habitantes) es lo que le confiere su particular encanto. Se trata de una ciudad costera con un puerto activo y cuyas montañas ofrecen unas vistas inmejorables de las zonas residenciales que se apiñan en las laderas. Sus preciosas construcciones georgianas (hasta los almacenes de los muelles del puerto son pintorescos), su ambiente relajado, sus abundantes parques y sus características casas hacen de Hobart uno de los núcleos urbanos más atractivos de Australia. Puede que las ciudades vecinas del interior consideren que Hobart es conservadora y provinciana, pero realmente goza de un pujante panorama artístico y artesanal, unido a un verdadero sentimiento histórico; sin duda, éste es el lugar indicado para pasear, comer y empaparse del ambiente.

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