miércoles, 20 de febrero de 2008

Viajar a Nepal

El reino de Nepal, situado a lo largo de las más altas cumbres del Himalaya, se dibuja como una tierra de paisajes sublimes, templos desgastados y algunas de las mejores rutas para practicar el trekking. En contraste con su pobreza, Nepal disfruta de una gran riqueza paisajística y tesoros culturales. Desde tiempos inmemoriales, este territorio ha estimulado la imaginación de Occidente, y a los turistas que lo visitan les resulta un lugar difícilmente olvidable. Muchos viajeros, seducidos por los encantos de Nepal, regresan, pero conscientes de su amplia complejidad natural y cultural, y provistos de un buen par de botas de montaña para fortalecer las piernas.

A la hora de viajar a Nepal, se debe tener muy en cuenta el factor climático. La época más apropiada abarca los meses de octubre y noviembre, que marcan el comienzo de la estación seca. Durante este período, el clima es agradable, el aire limpio, la visibilidad perfecta, y el país se presenta exuberante tras el paso del monzón. Les siguen los meses de febrero y abril, el final de la temporada seca; aunque la visibilidad resulta más deficiente debido al polvo, el clima se mantiene templado y acontece una explosión de colores y belleza protagonizada por las flores. Durante los meses de diciembre y enero, el clima y la visibilidad son benévolos, pero suele refrescar, por lo que se aconseja a los montañeros que se equipen adecuadamente para enfrentarse a la nieve. Además, los hoteles más económicos de Katmandú, que carecen de calefacción, pueden resultar deprimentes por la noche. Viajar a Nepal durante el resto del año resulta poco recomendable. En mayo y principios de junio suelen sufrirse los excesos de calor y polvo; entre mediados de junio y septiembre, el monzón oculta las montañas tras las nubes y anega los caminos y las carreteras de barro.

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