miércoles, 20 de febrero de 2008

Viajar a Honduras

En el pasado, Honduras fue el arquetipo de la república bananera, aunque sigue siendo uno de los países centroamericanos menos desarrollados e industrializados. A pesar de su turbulenta historia política, este hermano pobre apenas ha despertado el interés de Occidente, a excepción de un breve período durante los años ochenta, cuando fue terreno predilecto de las operaciones secretas de Estados Unidos. El ritmo de vida pausado, la belleza natural y el turismo discreto lo convierten en un destino especialmente atractivo para los viajeros -eso sí, bien provistos de repelente de insectos- que gustan de salirse de los caminos más trillados. Sin embargo, el país se vio devastado por uno de los huracanes más fuertes del siglo XX, el Mitch, en octubre de 1998. Gracias a la ayuda internacional, gran parte de las infraestructuras ya han sido reparadas y el turismo ha vuelto a los niveles previos al huracán.

Los meses de mayo y junio son la mejor época para ver ferias y festejos, entre ellos el carnaval de La Ceiba, que dura siete días y tiene lugar durante la tercera semana de mayo. La costa goza de un clima cálido durante todo el año, mientras que el interior montañoso puede resultar fresco y lluvioso, sobre todo entre mayo y octubre. En el litoral caribeño llueve prácticamente todo el año y pueden producirse inundaciones en la costa norte que impiden los desplazamientos.

Tegucigalpa
La capital de Honduras es una ciudad bulliciosa y ruidosa encajonada en una cubeta cerca de 1.000 m por encima del nivel del mar. Disfruta de un clima fresco y agradable, y el anillo de montañas que la rodea está cubierto de pinos. El nombre de Tegucigalpa significa "colina de plata" en el dialecto local; así se la llamó cuando los españoles fundaron la ciudad como un centro minero en 1578. Por suerte, los lugareños llaman a la ciudad simplemente Tegus, lo que ahorra al extranjero la vergüenza de pronunciar mal el nombre completo. Tegucigalpa pasó a ser la capital en 1880, y en 1938 el asentamiento cercano de Comayagüela fue incorporado a la ciudad.

La mayor atracción de la localidad es la catedral abovedada del siglo XVIII, que tiene un interior barroco bellamente trabajado. El Parque Central, situado frente a la catedral, es el alma de la ciudad. Entre los edificios de interés, figuran el Antiguo Paraninfo Universitario, en la actualidad un museo de arte; el moderno Palacio Legislativo, que fue edificado sobre pilotes; la Casa Presidencial; y la Iglesia de San Francisco, del siglo XVI, la más antigua de Tegucigalpa.

La ciudad está atravesada por el río Choluteca. En la orilla este se encuentra Tegucigalpa, con su centro urbano y sus barrios más opulentos. Al otro lado del río se levanta Comayagüela, una zona comercial más pobre y sucia, con gran numero de estaciones de autobuses de larga distancia y hoteles baratos. El hospedaje en Tegucigalpa es más limpio, seguro y agradable, aunque la sabiduría popular afirma que Comayagüela es más económica. Quien se hospede en Comayagüela debe saber que es muy peligroso caminar de noche por la zona del mercado. La principal zona de hoteles baratos en Tegucigalpa se encuentra pocas manzanas al este del Parque Central. En Comayagüela, los mejores hoteles económicos están situados alrededor de las estaciones de autobuses de El Rey y Aurora, entre las calles 8ª y 9ª. La mayoría de los restaurantes de calidad se encuentran en la región de Tegucigalpa, pero Comayagüela cuenta con un gran número de restaurantes chinos baratos. Las principales zonas de copas en Tegucigalpa son el bulevar Morazán y la avenida Juan Pablo II.

Alrededores de Tegucigalpa
Existe un gran número de lugares de interés cerca de Tegucigalpa; entre ellos, la majestuosa Basílica de Suyapa, de estilo gótico, situada 7 km al sureste del centro de la ciudad. Se dice que la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras, ha obrado cientos de milagros. Santa Lucía, 13 km al este de la ciudad, es una antigua localidad española de gran encanto, con callejuelas serpenteantes y una preciosa iglesia. El Valle de Ángeles, 11 km más allá de Santa Lucía, es una antigua localidad minera española que ha sido restaurado tal y como era en el siglo XVI. El Parque Nacional La Tigra, al noreste de la ciudad, es uno de los emplazamientos más bellos de todo Honduras. Situado a una altitud de 2.270 m, este parque de 7.482 hectáreas perfectamente conservado alberga una exuberante selva de montaña con ocelotes, pumas, monos y quetzales.

Comayagua
Comayagua, capital de Honduras de 1537 a 1880, conserva numerosos ejemplos de su esplendor colonial. La catedral, en el centro de la localidad, es una verdadera joya. Edificada entre 1685 y 1715, alberga gran número de obras de arte, así como uno de los relojes más antiguos del mundo. Este reloj fue construido hace más de ochocientos años por los árabes para el palacio de la Alambra, y fue legado a la ciudad por el rey Felipe II. La primera universidad de Centroamérica fue fundada en Comayagua en 1632 en la Casa Rural, que hoy acoge el Museo Colonial. Este museo atesora obras de arte religioso que cubren cuatro siglos de dominio colonial. La primera iglesia de Comayagua fue La Merced, erigida entre 1550 y 1558; otras bellas iglesias son San Francisco (1584) y La Caridad (1730).

Copán Ruinas
Este precioso pueblo de calles empedradas enmarcadas por casas de adobe con tejados rojos está situado a 1 km de las célebres ruinas mayas del mismo nombre. El pueblo cuenta con una preciosa iglesia colonial, y allí se respira un clima de calma atemporal. El yacimiento arqueológico en las ruinas abre a diario e incluye la estela de la Plaza Mayor, que data de 613 y en la que aparecen retratados los gobernantes de Copán; el campo de juego de pelota y una escalera con jeroglíficos; y la Acrópolis, que contiene unos magníficos relieves esculpidos de los 16 reyes de Copán. A una hora en coche de la localidad vemos unas fuentes termales, y el cercano y pintoresco pueblo de montaña de Santa Rita de Copán cuenta con una hermosa plaza y una bonita iglesia colonial.

Tela
Tela es la localidad de playa favorita de muchos viajeros. Este lugar pequeño y tranquilo es famoso por su magnífico marisco y por tener algunas de las mejores playas de la costa norte y varios alojamientos de calidad. Se trata, sobre todo, de un lugar donde relajarse y disfrutar de una vida sencilla. El Proyecto de Desarrollo de la Bahía de Tela, con un presupuesto de 25 millones de dólares, pretende incrementar el turismo en la zona, por lo que conviene comprobar si la localidad sigue preservada y tranquila. La mejor playa se encuentra al este de la localidad, delante del Hotel Villas Telamar. Su arena es blanca y fina, y goza de un bosquecillo de cocoteros.

Trujillo
La pequeña localidad de Trujillo ha desempeñado un importante papel en la historia de Honduras. Se extiende en la gran curva que forma la bahía de Trujillo y es célebre por sus hermosas playas, sus cocoteros y sus aguas tranquilas. Si bien tiene la reputación de ser uno de los mejores lugares costeros de todo el Caribe, no suele estar atestado de turistas, salvo durante la fiesta anual de finales de junio. Aparte de sus atractivos marinos, cuenta con una fortaleza del siglo XVII, con un Museo Arqueológico y con la tumba de William Walker. Al oeste de la ciudad, se encuentra el Barrio Cristales, habitado por los garífunas: el mejor lugar para ver música, bailar y divertirse.

Islas de la Bahía
Las tres islas de la Bahía Roatán, Guanaja y Utila-, a 50 km de la costa norte de Honduras, son una continuación de los arrecifes de Belice, y ofrecen fantásticas oportunidades para practicar el buceo con snorkel y el submarinismo. La economía de la isla depende en gran medida de la pesca, pero el turismo está adquiriendo cada vez más importancia. La isla de Utila ofrece alojamientos y restaurantes económicos, mientras que Guanaja es un destino turístico de nivel superior y Roatán va camino de serlo. La mayoría de los viajeros suelen dirigirse al extremo oeste de Roatán, pero Utila es la más económica de las tres islas. Sea cual sea la isla en la que uno decida permanecer, es necesario llevar gran cantidad de repelente de insectos, ya que los mosquitos son muy voraces, sobre todo durante la temporada de lluvias.

La historia de las islas es sumamente interesante; incluso existen indicios de asentamientos mayas en la zona. Colón desembarcó en Guanaja en 1502, pero posteriormente los españoles esclavizaron a los isleños y los mandaron a trabajar a las plantaciones de Cuba y a las minas de oro y plata de México. En 1528, las islas quedaron totalmente despobladas. A continuación, los piratas ingleses, franceses y holandeses las ocuparon, seguidos por los garífuna, que fueron trasladados hasta allí por los británicos tras la sublevación de Saint Vincent. En muchos aspectos, las islas siguen mirando más hacia el Reino Unido y Estados Unidos que hacia el continente hondureño, y el idioma principal es una versión caribeña del inglés muy pintoresca.

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