miércoles, 20 de febrero de 2008

Viajar a Belice

Belice, bañada por el mar Caribe, se asemeja más a sus islas vecinas que a la exaltada volatilidad del resto de Centroamérica. En este diminuto país, de habla inglesa, intrínsecamente criollo y con una historia libre de golpes de estado, se respira una atmósfera tranquila y relajada.

Viajar por Belice puede resultar difícil: únicamente cuenta con tres carreteras asfaltadas, los precios son elevados y los hoteles escasean y distan entre sí. Pero aunque en Belice sólo pueda conseguirse una marca de cerveza, compensa estas carencias con algunos de los enclaves más excepcionales para la práctica del submarinismo, ruinas mayas asomándose en la selva virgen y apartados hoteles de turismo ecológico para los aventureros más sedentarios.

El mejor momento del año para visitar el país abarca de noviembre a mayo, la temporada seca, pero estos meses son también los más propicios para el turismo invernal, con precios más elevados y hoteles completos. Resulta más económico viajar en verano (de julio a noviembre), pero hay que tener en cuenta que se trata también de la época de los huracanes.

Belize City
La antigua capital de Belice puede considerarse la única población relativamente extensa del país. Las tormentas tropicales que arrasaron con asiduidad la ciudad en el siglo XIX y principios del siglo XX siguen presentándose ocasionalmente, dañando sus destartaladas casas de madera, pero también limpiando el alcantarillado abierto que cruza toda la urbe. Cuando no hay tormenta, Belize City se caracteriza por su ajetreo, humedad y bochorno. Pocos se acercan para veranear o visitar sus puntos de interés, pero como centro neurálgico del comercio y los transportes del país, es probable que los viajeros deban pasar algún tiempo en ella. Belize City puede resultar bastante peligrosa, especialmente por la noche.

Haulover Creek, un afluente del río Belice, divide el centro comercial de los barrios residenciales del norte. Al sur del puente de Swing Bridge se encuentran diversas zonas de interés, como el parque de Battlefield, siempre animado con vendedores, ociosos y timadores; la catedral de St. John (1847), la iglesia anglicana más antigua e importante de Centroamérica; y el Bliss Institute, el centro cultural de la ciudad. Al norte del puente se halla el Paslow Building, un edificio de madera que alberga la oficina central de Correos. Al Sur están ubicadas la Image Factory Art Foundation, con exposiciones de artistas beliceños, y antes de llegar al extremo de la península, la Belize Audubon Society, una buena fuente de información sobre los parques nacionales y reservas naturales del país.

La calle de North Front, en la orilla norte del Haulover Creek, está surtida de alojamientos económicos. Los hoteles de lujo se encuentran al final de la península de la costa norte. Las calles de Albert, Regent, King y Orange son las principales arterias comerciales

Los cayos
Con 290 km de longitud, el arrecife de Belice se presenta como el más largo del hemisferio occidental. Al Oeste aparecen numerosos cayos regodeándose en cálidas aguas de hasta 5 m de profundidad. Los dos más visitados son el cayo Caulker y el cayo Ambergris. El primero está considerado el islote idóneo para los viajeros de clase económica, mientras que el segundo cuenta con complejos hoteleros de mayor categoría.

El cayo Caulker (800 hab.), 33 km al norte de Belize City, alcanza los 7 km de longitud y tan sólo los 600 m en su punto más ancho. En realidad, Caulker se dividió en dos islas, en el norte de la población, tras el paso del huracán Hattie en 1961. Los manglares cubren gran parte de la costa, sombreada por los cocoteros. El arrecife se encuentra a un corto paseo en barca desde la orilla oriental y resulta un enclave idóneo para la práctica del buceo, el submarinismo y la pesca. La visibilidad de sus aguas puede llegar a los 60 m de profundidad, pudiendo percibir la presencia de corales y peces tropicales. Se desaconseja nadar desde la playa hasta el arrecife debido a la peligrosidad de las hélices de las embarcaciones.

El cayo Ambergris (2.000 hab.), 58 km al norte de Belize City, es el mayor del país con sus 40 km de longitud, y su extremo norte roza con México. Al igual que en Caulker, se respira un ambiente relajado, a pesar de los incipientes bloques de apartamentos y otras construcciones turísticas. El arrecife se encuentra a 1 km al este de San Pedro, la mayor población del cayo. Pueden realizarse numerosas excursiones hacia lugares idóneos para bucear y practicar el submarinismo, y para dirigirse a otros cayos de la región, como el Blue Hole, el cayo Half Moon y las islas Turneffe, los tres únicos atolones coralinos del hemisferio occidental.

Lamanai
Estas ruinas mayas, sólo parcialmente excavadas y restauradas, están ubicadas en su propia reserva arqueológica, cercana al asentamiento de Indian Church. Sus 60 estructuras más importantes incluyen un edificio de 34 m de altura de finales del período preclásico, un pequeño templo y un campo de pelota. Lamanai (cocodrilo sumergido) ya estaba poblado en el año 1500 a.C. y se convirtió en un importante centro ceremonial con sus inmensos templos mucho antes que la mayoría de emplazamientos mayas. Su población aborigen vivió en Lamanai hasta la llegada de los españoles; cerca de allí, las ruinas de dos iglesias indias atestiguan que todavía pervivían mayas para ser evangelizados. El trayecto de 90 minutos en barca remontando el río New River desde Orange Walk para llegar a Lamanai supone una aventura en sí misma. La embarcación transita por la comunidad mennonita de Shipyard y brinda la oportunidad de contemplar numerosas aves y cocodrilos.

Xunantunich
Xunantunich (muchacha de piedra) es el orgullo arqueológico de Belice. Construido en la cima allanada de una colina, cerca del río Belice y de la frontera guatemalteca, Xunantunich controlaba el camino a orillas del río que se originaba en las tierras del interior hasta la costa caribeña. La población prosperó como centro ceremonial y, al parecer, fue abandonada tras un terremoto que la asoló hacia el año 900 d.C. Gran parte de las ruinas no han sido restauradas, aunque su edificio más alto, el impresionante castillo, se eleva con sus 40 m de altura por encima de la selva.

0 comentarios:

Design konnio.com