miércoles, 20 de febrero de 2008

Viajar a Israel y territorios palestinos

Religión, política, pasión e historia atraen a millares de turistas (y emigrantes) a Israel anualmente. Fue en este lugar donde ocurrió; una tierra ligada a cristianos, judíos y musulmanes, que suscita en algunos odio y violencia. Su aura espiritual (pisar las huellas de los dioses, respirar el mismo aire que respiró el Mesías) atrae a la mayoría, pero es precisamente su gran intangibilidad lo que decepciona a muchos. A pesar de todo, Israel es un país bullicioso y moderno.

Resultará más sencillo hacerse con buenos recuerdos del país si se viaja sin prejuicios. La historia y los vestigios religiosos de esta nación constituyen una parte fundamental de su atractivo, pero no lo único: la ciudad de Tel-Aviv-Jaffa, moderna y cosmopolita; la práctica del buceo en el mar Rojo en Elat; los prósperos parques nacionales y la quietud salada del mar Muerto. Para comprender Israel, deberá vivirse su presente; se puede empezar charlando con el conductor del autobús o el propietario del hostal.

Denominar este territorio siempre supondrá una ofensa a alguien. Se ha optado por Israel y los Territorios Palestinos, pero en muchos momentos se ha reducido a Israel. Con este nombre se hace referencia a la zona que incluye el Estado de Israel y las zonas en litigio de Cisjordania, los altos del Golán y la franja de Gaza.

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