miércoles, 20 de febrero de 2008

Viajar a la India

La India es un país que apabulla por su tamaño y diversidad. Nada resulta ser exactamente como se había previsto, así que lo único que se puede esperar es lo insospechado, que llega bajo múltiples formas y que siempre se sentará al lado del viajero. La visita supone la prueba definitiva para muchos turistas, y no es de extrañar que algunos embarquen aliviados en el avión de regreso, aunque los aficionados a las cosmologías complicadas y a la sobrecarga sensual encontrarán en la India uno de los más complejos y gratificantes espectáculos que existen en la tierra.

Nombre oficial: República de la India
Superficie: 3.287.590 km²
Población: 1.040.003.817 hab.
Capital: Nueva Delhi
Nacionalidades y etnias: 72% indoarios, 25% drávidos y 3% otros
Idioma: el hindi y el inglés son los oficiales, pero se hablan centenares de lenguas y dialectos más
Religión: 80% hindúes, 14% musulmanes, 2,4% cristianos, 2% sijs, 0,7% budistas, 0,5% jainistas y 0,4% otros
Régimen político: república federal
Presidente: A.P.J. Abdul Kalam
Primer ministro: Manmohan Singh

PIB: 2,2 trillones de dólares
PIB per cápita: 2.200 dólares
Crecimiento anual: 5,4%
Inflación: 5,4%
Principales recursos económicos: textiles, productos químicos, industria alimentaria, acero, material de transporte, cemento, minería, petróleo, maquinaria, arroz, trigo, semillas oleaginosas, algodón, yute, té, caña de azúcar, patatas, búfalos, ovejas, cabras, aves de corral, pescado
Principales socios comerciales: Estados Unidos, Hong Kong, Reino Unido, Japón, Alemania, Bélgica, Arabia Saudita

Visados: En la actualidad se extienden visados turísticos de seis meses para múltiples entradas y salidas a los ciudadanos de la mayoría de naciones, aunque éstos no tengan la intención de realizar una estancia tan larga ni de marcharse y volver al país. Conviene comprobar si es válido desde el día de entrada o desde el de expedición.
Hora local: GMT + 5 ½ horas
Condiciones sanitarias: existe riesgo de cólera, dengue, disentería, hepatitis, malaria, meningitis (sólo en las zonas de senderismo) y tifus. Muchas de las principales ciudades de la India están altamente contaminadas, y los viajeros con problemas respiratorios deberán tomar las precauciones adecuadas.
Electricidad: 230-240 V, 50 Hz
Pesos y medidas: sistema métrico


Delhi
Es bastante improbable que la primera impresión de Delhi sea positiva, especialmente si también es la primera impresión de la India. El viajero captará seguramente la contaminación, la muchedumbre, los olores, los ruidos y el acoso constante de los pedigüeños mucho antes que los verdaderos encantos de la ciudad. Pero vale la pena perseverar, ya que la historia de Delhi es fascinante y omnipresente: los bazares de Paharganj son una estupenda introducción a la India más bohemia, la arquitectura de los monumentos de la ciudad es de lo más impresionante y, además, se come muy bien.

Delhi incluye Nueva Delhi, capital del país y centro neurálgico de los itinerarios por el norte. Es una base excelente para visitar Agra y su palacio Taj Mahal, y Jaipur, con su colorido rajastaní, se encuentra a menos de cinco horas de viaje. Para llegar hasta el Himalaya, al norte, o a los ghats de Benarés, al este, hay que pasar casi siempre por Delhi. O sea, al turista no le queda más remedio que apretar los dientes, retener el aliento y lanzarse de cabeza a esta sorprendente ciudad.

Bombay
Bombay representa la fascinación del cine de Bollywood, el críquet en los maidans (parques) los fines de semana, el bhelpuri (comida típica) en la playa de Chowpatty, y los autobuses rojos de dos pisos. También los garitos del barrio chino, los barrios de chabolas más grandes de Asia, la política comunalista y los poderosos padrinos de la mafia. Este tira y afloja por el alma de la ciudad se desarrolla en un paisaje urbano más parecido a una próspera ciudad industrial británica del siglo XIX que a cualquier lugar que cabría esperar a orillas del mar de Omán.

Goa
Es una lástima que la imagen de Goa se asocie tanto a un estilo de vida dudoso, porque ofrece mucho más que sol, arena y cultura psicodélica. Tiene la ventaja de ser muy distinta del resto del país, y de poseer unas dimensiones tan razonables que permiten abarcarla y explorarla como ningún otro estado de la India. Resulta accesible, no tan sólo por las huellas familiares del colonialismo europeo, o su exotismo de libro de ilustraciones, sino también por el predominio de la religión católica y de una forma de progresismo social y político comprensible para los occidentales. Aunque dos terceras partes de la población sean de religión hindú, la gente es más liberal que devota, de una manera que no se encuentra en ningún otro lugar de la nación.

Calcuta
La ciudad principal de Bengala Occidental se desparrama, al azar, a lo largo de la orilla oriental del río Hooghly. Antaño gloriosa capital de la India británica, su historia de horror urbano, de miseria y hambruna empezó con la Partición, y la consiguiente llegada de miles de refugiados. Sin embargo, insiste en proclamarse la Ciudad de la Alegría y se revela como uno de los centros urbanos más fascinantes y acogedores del país, la urbe intelectual de la nación, y una animada palestra de las artes y la política.

En el imprescindible pulmón de la ciudad, la enorme extensión abierta del Maidan, los habitantes de Calcuta pasan su tiempo de ocio, juegan al fútbol o al críquet, celebran asambleas políticas y practican el yoga. Allí pastan también sus rebaños. La gran dimensión de este parque le permite abarcar el enorme Fort William, todavía en activo en la actualidad, y cuyo interior sólo se puede visitar con un permiso especial, raras veces concedido. En el extremo meridional del Maidan se encuentra un enorme monumento de mármol blanco, el Victoria Memorial, que contiene una anticuada estatua de la reina británica Victoria en la fachada y una amplia colección de objetos históricos angloindios en su interior.

El centro administrativo de Calcuta, en la plaza Dalhousie, se conoce por BBD Bagh. Aquí cohabitan lo brutal y lo fantasioso: a un lado, se halla el Edificio de los Escritores, donde los escritores (un curioso eufemismo para denominar a los oficinistas) se afanan en un kafkiano laberinto de pasillos y vastas salas, contra cuyas paredes se amontonan formularios por quintuplicado y copias al carbón; al otro lado se encuentra el edificio de Correos, construido en el emplazamiento del legendario Agujero Negro de Calcuta. Fue aquí donde, en una pegajosa noche de 1756, más de 140 habitantes británicos fueron encerrados en un sótano, en el que muchos de ellos murieron por falta de aire durante el curso de la noche.

Según cuenta la leyenda, cuando el cadáver de la esposa del dios Siva fue desmembrado, uno de sus dedos cayó en el lugar donde actualmente se levanta el templo de Kali, que constituye un centro de peregrinación espectacularmente repugnante. Por la mañana, los devotos sacrifican cabras, cortándoles el cuello, para satisfacer la sed de sangre de la diosa.

Otros centros de interés de la ciudad son: el excelente Museo de la India, el mayor y seguramente el mejor del país (aunque polvoriento y deteriorado por falta de fondos); el Jardín Botánico, que alberga una higuera de Bengala de 200 años que, según dicen, posee la segunda copa más grande del mundo (la mayor es la de un árbol que está en Andhra Pradesh), y el emblemático puente Howrah, un puente voladizo que, al parecer, es el más transitado del mundo.

En Chowringhee, al sur del puente Howrah, abundan los alojamientos económicos, restaurantes baratos y bares. Sudder Street, que desemboca en Chowringhee Road, es el punto de reunión de los trotamundos. En esta zona también abundan las salas de cine, donde se proyectan los productos cinematográficos de Calcuta, así como las películas de Hollywood más recientes y sus primas de Bollywood. Calcuta no puede considerarse un paraíso para ir de compras, especialmente desde que una ley municipal prohibió la venta callejera, pero el New Market, al norte de Sudder Street, es un buen lugar para regatear el precio de muchos productos, desde prendas de vestir hasta objetos de mimbre.

La ciudad se encuentra en el circuito internacional, y a veces pueden conseguirse billetes de avión a buen precio en las oficinas de las líneas aéreas situadas alrededor de Chowringhee. Indian Airlines de Calcuta ofrece frecuentes vuelos nacionales con destino a las principales urbes del país, entre ellas Delhi, Bangalore, Madrás, Bombay y Lucknow. En términos generales, es mejor viajar en tren que en autobús aunque, si se prefiere este último medio de transporte, se debe ir a buscar el Rocket Service (servicio cohete) en la estación de autobuses del Paseo. Hay dos estaciones de ferrocarril: la Howrah, en la orilla occidental del río Hooghly, para los trenes que van a la ciudad, o la Sealdah, en la otra orilla, para los que se dirigen a Darjeeling u otras regiones septentrionales.

Agra
El Taj Mahal, un palacio descrito como el más extravagante monumento jamás erigido por amor, se ha convertido en el emblema turístico de la India. Este conmovedor mausoleo mongol fue construido por el emperador Shah Jahan en memoria de su segunda esposa, Mumtaz Mahal, cuya muerte al dar a luz en 1631 dejó al emperador tan desconsolado que, al parecer, su pelo encaneció de la noche a la mañana. El edificio se inició aquel mismo año, si bien no se terminó hasta 1653.

Por mucho que el emperador perdiera el color de su cabello, su sentido del detalle siguió siendo, por lo visto, muy agudo. La sensación de perfección que produce la arquitectura del Taj Mahal no disminuye cuando se estudia de cerca, sino que queda todavía más patente. El mármol del monumento lleva engastadas piedras semipreciosas, que forman un elaborado dibujo. Quien quiera visitar esta maravilla debe tener en cuenta que permanece cerrado los viernes para quienes no sean musulmanes.

Otro atractivo importante de la ciudad es un enorme fuerte de piedra arenisca roja maciza, el Agra Fort, también a orillas del río Yamuna. Las colosales dobles murallas del edificio se elevan a más de 20 m y miden 2,5 km de perímetro. Están rodeadas por un fétido foso y contienen un laberinto de magníficas salas, mezquitas, cámaras y jardines que forman una pequeña ciudad dentro de la ciudad. Lamentablemente, no todos los edificios pueden visitarse. Por ejemplo, la mezquita de la Perla, de mármol blanco, considerada por algunos como la más hermosa de la India, permanece cerrada a los visitantes.

Otras joyas mongoles que vale la pena visitar en esta zona incluyen el Itimad-ud-daulah, muchos de cuyos elementos sirvieron de modelo en la construcción del Taj Mahal, y también el Mausoleo de Akbar, en Sikandra, con una mezcla de motivos islámicos, hindúes, budistas, jainistas y cristianos, a imagen de la filosofía religiosa sincrética preconizada por Akbar.

Agra está bastante cerca de Delhi (a unos 200 km) y puede, por lo tanto, visitarse en un solo día. Se encuentra en el circuito turístico más transitado, por lo que abundan los medios de transporte para llegar hasta allí: avión, autobús o ferrocarril.

Benarés
Durante más de dos mil años, Benarés, la Ciudad Eterna de Asia, ha sido la capital religiosa de la India. Construida a orillas del sagrado Ganges, dicen que combina las virtudes de todos los demás lugares de peregrinación, y cualquiera que acabe allí sus días (sean cuales sean sus creencias religiosas, y por grandes que hayan sido sus pecados) será transportado directamente al cielo. Es la urbe más oriental de Uttar Pradesh y un importante centro de enseñanza, donde viven novelistas, filósofos y lingüistas. Esto se refleja en el papel que jugó en el desarrollo del hindi.

Benarés cuenta con algo más de cien ghats para los baños e incineraciones, pero el Manikarnika Ghat es el más sagrado de todos. Es donde se realizan mayor número de cremaciones de cadáveres, y uno de los lugares de mejores auspicios. Una casta de parias (los chandal) se encarga de los cadáveres, que transportan por las callejuelas de la ciudad vieja hasta el sagrado Ganges en unas angarillas de bambú, y envueltos en un lienzo. Enormes pilas de leña se amontonan a lo largo de la parte superior del ghat, y cada tronco se pesa meticulosamente con unas balanzas gigantescas para calcular el precio de la cremación. Los visitantes pueden contemplar estas operaciones sin problemas ya que en Manikarnika la muerte no es más que pura rutina, pero deberán dejar su cámara en el hotel.

El mejor ghat para pasar el rato contemplando la actividad fluvial es el Dasaswamedh Ghat. En él se da cita una densa concentración de gente que llega a orillas del Ganges no sólo para el baño ritual, sino también para practicar el yoga, ofrecer bendiciones, comprar pan, vender flores, darse un masaje, jugar al críquet, nadar un poco, afeitarse, y beneficiar su karma dando limosna a los mendigos. También es el mejor lugar para concertar un viaje en barca por el río, ya que hay muchos barqueros que se disputan los clientes.

Aparte de los numerosos ghats situados a lo largo del río, la ciudad dispone de otros atractivos, como el Templo de Oro, construido en un cuadrángulo cubierto, con increíbles torres doradas; la compra en sus mercados, famosos por los objetos decorativos de metal, los juguetes lacados, los chales, las sedas y los sitars (instrumento popularizado por Ravi Shankar, que habita en la ciudad); perderse por los callejones laberínticos de una estrechez imposible que serpentean a partir de los ghats ; visitar el cercano centro budista de Sarnath, y embarcarse en el obligatorio viaje río abajo por el Ganges.

Benarés se encuentra en el circuito turístico principal, a unos 580 km al este de Agra y 780 km al sureste de Delhi, y se puede llegar a ella por avión, autobús o ferrocarril.

Shimla
La llamada Capital Veraniega de la India británica se extiende a lo largo de una colina con forma de media luna, a una altitud de más de 2.100 m, en la zona meridional de Himachal Pradesh. Fue la estación de montaña más importante de la colonia, y la vida social que se cultivaba aquí durante los meses de verano, cuando los británicos llegaban escapando del tórrido calor de las tierras bajas, es legendaria: bailes, partidas de bridge y desfiles iban a la par con el chismorreo, la intriga y el romance. Actualmente, los funcionarios, administradores y señoras distinguidas del Raj han sido sustituidos por hordas de turistas, pero los ecos del pasado colonial siguen resonando con fuerza. La famosa calle principal, el Mall, todavía corre a lo largo de la colina, bordeada por majestuosas mansiones de estilo inglés. Otros elementos que consolidan el sabor europeo de la ciudad son Christ Church, Gorton Castle y la antigua residencia del virrey, con aires de fortaleza.

Una vez que se ha cumplido con el paseo obligatorio por el Mall, soñando con Kipling, Burton y Merchant-Ivory, vale la pena explorar las estrechas callejuelas que descienden en picado desde la cima de la colina hacia pintorescos bazares. También se puede dar un interesante paseo hasta el Jakhu Temple, dedicado al dios mono Hanuman. Situado en el punto más alto de la colina, ofrece hermosas vistas de la ciudad, el valle circundante y los picos coronados de nieve. Otros lugares pintorescos en los alrededores son unas cataratas de 70 m de altura, las Chadwick Falls, una zona ideal para ir de picnic situada en Prospect Hill, y Wildflower Hall, donde se encontraba antaño la mansión de Lord Kitchener. La estación de esquí de Kufri se encuentra sólo a 15 km al este, aunque las precipitaciones de nieve han sido tan escasas en los últimos años que se está considerando la posibilidad de suspender las operaciones turísticas. Las pistas son adecuadas para principiantes, y la nieve es más probable entre enero y febrero.

Shimla no está tan bien conectada por vía aérea como otros destinos del Himalaya, aunque hay dos o tres compañías que llevan hasta allí. La falta de medios de transporte aéreo está compensada por el número de trenes y autobuses. Tres tipos de autobús (público, privado y los de la compañía de desarrollo turístico de Himachal Pradesh, HPTDC) conectan Shimla con Delhi prácticamente a diario. El llamado tren de juguete de Shimla es, sin embargo, suficientemente grande para llevar al viajero hasta Kalka, en el norte, donde podrá tomar el New Delhi Queen, relativamente amplio y confortable, que cubre el trayecto restante hasta Delhi.

Jaipur
La capital del Rajastán se conoce popularmente como la Ciudad Rosa, a causa de la tonalidad ocre rosada de sus antiguos edificios y murallas almenadas. Los rajputs, originarios de la región, asociaban el color rosa con la hospitalidad y, según se dice, pintaron la ciudad de este color con ocasión de la visita del príncipe Alfredo de Gran Bretaña, en 1853. Esta tradición y el ambiente relajado y acogedor de Jaipur siguen vigentes hoy en día.

Jaipur debe su nombre, fundación y cuidadosa planificación al gran guerrero y astrónomo maharajá Jai Singh II (1699-1744), que aprovechó el debilitamiento del poder mongol para abandonar su fortaleza en las montañas, cerca de Amber, donde le faltaba espacio, y bajar hasta las tierras bajas en 1727. Construyó las murallas de la ciudad y sus seis bloques rectangulares con la ayuda del Shilpa-Shastra, un antiguo tratado de arquitectura hindú.

Actualmente, Jaipur es una ciudad de anchas avenidas y notable armonía arquitectónica, construida en el lecho desecado de un lago y rodeada de colinas desérticas. Es una localidad llena de colorido, y bajo la luz del atardecer irradia un mágico y cálido resplandor. Cuenta con 1,5 millones de habitantes, y se ha extendido más allá de sus confines fortificados originales, pero la mayoría de sus atractivos se encuentran concentrados en la ciudad rosa amurallada, al noreste de la urbe. Las murallas conservan todas sus siete puertas originales, una de las cuales lleva hasta el Johari Bazaar, el famoso mercado de los joyeros.

El monumento más obvio es el Iswari Minar Swarga Sul, un minarete construido para dominar la ciudad, aunque la imagen más impresionante es el asombroso trabajo artístico de la fachada de cinco pisos del Hawa Mahal, o palacio de los vientos. Fue construido en 1799 para que las damas de la casa real pudieran contemplar la vida en las calles y las procesiones, y forma parte del conjunto palaciego que constituye el corazón de la ciudad vieja.

Muchas líneas aéreas internacionales han establecido sus oficinas en Jaipur Towers, mientras que para los vuelos nacionales resulta más fácil reservar billete en cualquiera de las grandes agencias de turismo. Hay vuelos diarios hacia Delhi, y la mayoría siguen viaje hasta Bombay vía Jodhpur, Udaipur y Aurangabad. El Sistema de Transporte del Rajastán cubre las principales ciudades de dicho estado, así como los servicios privados de lujo. El tren comunica también la mayoría de estos destinos.

Udaipur
La ciudad más romántica del Rajastán, construida alrededor del maravilloso lago Pichola, ha sido inevitablemente apodada la Venecia de Oriente. Fundada en 1568 por Udai Singh, constituye una armoniosa mezcla india de edificios encalados, palacios de mármol, jardines a orillas del lago, templos y havelis (casas tradicionales). Puede enorgullecerse de una envidiable herencia artística, una enorme reputación en cuanto a las artes escénicas y una abundancia relativa de agua, todo lo cual ha contribuido a convertirla en un oasis de cultura y animación en medio de una monótona aridez.

El lago Pichola es el eje de la ciudad y contiene dos maravillosos palacios isleños (Jagniwas y Jagmandir), que definen perfectamente la fantasía rajput. El primero es, actualmente, un exquisito hotel de lujo. El enorme City Palace domina el lago y está cubierto de balcones, torres y cúpulas. Contiene un museo, bonitos jardines y más hoteles de lujo. Entre los atractivos de Udaipur se encuentran las puertas de la antigua ciudad amurallada y sus hermosos callejones; el magnífico templo indoario de Jagdish, construido a mediados del siglo XVII, y el Bagore ki Haveli, antaño residencia de los invitados de la realeza a orillas del lago, que ha sido convertido en un centro cultural.

A pesar de la larga lista de monumentos y lugares de interés, lo mejor de Udaipur es, sin duda, encontrar un agradable alojamiento a orillas del lago, subirse al tejado y contemplar la actividad en los ghats, escuchar el rítmico sonido que producen las lavanderas al golpear sin piedad su colada, y percibir los sutiles cambios de la luz en el agua mientras avanza lentamente el día.

Indian Airlines ofrece vuelos diarios a Delhi, Jaipur, Bombay y Aurangabad. Numerosos autobuses estatales salen de Udaipur hacia otros centros regionales, así como hacia Delhi y Ahmedebad. Si se viaja en autobús, conviene tomar un directo: en caso contrario se tardan muchas horas en llegar a destino. Las líneas de ferrocarril de Udaipur son únicamente de vía estrecha, y aunque está prevista su conversión al ancho de vía normal, nadie sabe exactamente cuándo. Casi siempre resulta más rápido viajar en autobús. Otro medio para moverse por la región son los taxis, pero conviene practicar las habilidades negociadoras y regatear un poco el precio antes de subirse al vehículo.

Mysore
Esta encantadora y tranquila ciudad ha sido desde hace tiempo la favorita de muchos viajeros por su tamaño abordable, su clima benigno y su tendencia a conservar y promover su patrimonio cultural en lugar de reemplazarlo. La localidad es famosa por su seda y constituye, también, un floreciente centro para el comercio del sándalo y el incienso, aunque el aire no sea precisamente más fragante que el de cualquier otra ciudad.

Hasta la independencia, Mysore fue la sede de los maharajás de Mysore, un principado que cubría alrededor de una tercera parte del actual estado de Karnataka. El indosarraceno Palacio del Maharajá es el principal atractivo de la ciudad, con su caleidoscopio de cristales de colores, ornamentados espejos, techos artesonados de caoba, puertas de plata maciza y colorido algo chillón.

El mercado de fruta y verdura de Devaraja, en el corazón de la ciudad, es uno de los más pintorescos de la India. Otro centro de interés importante es la ascensión de mil peldaños hasta la cima de Chamundi Hill, donde se encuentra el enorme templo de Chamundeswari. El famoso Nandi (toro de Siva), de piedra maciza y 5 metros de altura, monta la guardia ante la escalinata. El Festival Dussehra, que se celebra durante 10 días a principios de octubre, culmina con una espectacular procesión de elefantes ricamente engalanados, criados de librea, caballería, bandas de música e imágenes de deidades hindúes cubiertas de flores.

No hay ningún vuelo hasta Mysore, por lo que el autobús y el tren son las únicas opciones para llegar hasta allí. Cada 15 minutos un autobús con destino a Bangalore sale volando, como alma que lleva el diablo, de la estación, junto a otros con destinos regionales, entre los que se encuentra el Parque Nacional de Bandipur. Varios servicios privados circulan a un ritmo más pausado hacia Bombay, Goa, Madrás e Hyderabad. Raras veces se forman largas colas para reservar billete en la estación de Mysore, y diariamente parten cuatro trenes directos hacia Bangalore, además del rápido Shatabdi Express, con aire acondicionado, que sale a las 14.10 cada día excepto los martes, y que sigue hasta Madrás.

Cochin
La ciudad portuaria de Cochin está situada en un grupo de islotes y estrechas penínsulas. Las zonas más antiguas de la localidad son una insólita mezcla del Portugal medieval, Holanda y un pueblo inglés, todo ello injertado en la tropical costa malabar. Al borde del agua se encuentra St Francis Church, la iglesia más antigua de la India, un palacio portugués de 450 años de antigüedad, redes de pesca chinas extendidas más allá de Fort Cochin, y una sinagoga que se remonta a mediados del siglo XVI. Los transbordadores navegan sin cesar entre las distintas zonas de Cochin, y no es excepcional ver algún delfín en las aguas del puerto. La mayoría de monumentos históricos se hallan en Fort Cochin o Mattancherry. En Ernakulam, en la costa continental, puede encontrarse alojamiento económico.

Indian Airlines ofrece vuelos diarios hacia Bangalore, Bombay, Delhi, Goa y Madrás. Si el presupuesto del viajero no le permite volar, una enorme cantidad de autobuses dejan Cochin a intervalos regulares hacia todas las direcciones. No hay ningún problema en encontrar un autobús, estatal o privado, para dirigirse a las regiones circundantes, pero los billetes no pueden reservarse con antelación. No queda más remedio que presentarse en la estación, unirse a la multitud y esperar hasta encontrar asiento. Si la iniciativa fracasa, siempre se puede recurrir a los trenes que circulan diariamente a lo largo de la costa hacia los principales destinos.

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