miércoles, 6 de febrero de 2008

Visitando museos con niños

¿Te imaginas visitando un museo con niños? Bueno, eso que en tu mente es una pesadilla, puede ser una verdadera oportunidad de aprender y divertirse con los más pequeños. Conoce en este artículo algunos trucos para que la visita al museo con tus hijos sea todo menos aburrida.






Entrar en contacto con el arte, la historia, la cultura y la ciencia no tiene porque ser una actividad aburrida, reservada a la gente mayor. Hoy en día los museos incluyen muestras interactivas, logrando que el visitante deje de ser un observador para convertirse en un participante.

De la misma forma, las actividades para niños se han vuelto cada vez más populares en los museos del mundo, permitiéndoles participar activamente en el aprendizaje. La idea es que les despierte curiosidad.

Es obvio que a un niño no le interesan los mismos temas que a un adulto, y tampoco percibe los estímulos de igual manera.





Con visitas guiadas más cortas y entretenidas se capta la atención de los pequeños. Hoy en día se logra que comprendan incluso obras de carácter complejo, como las pinturas cubistas de Picasso.

Por esta razón, llevar a los niños al museo puede ser una experiencia divertida y enriquecedora para toda la familia.

Cuando los niños son los protagonistas

Es muy importante la calidad de tiempo que pasas con tus hijos, por lo que deberás usar tu ingenio para que no se aburran y se entretengan aprendiendo. Acostumbrar a tu hijo a dedicarle tiempo a la cultura, desarrollará más su intelecto, carácter, creatividad y buen gusto.

Es bueno que conversen. Trata de relacionar las obras que visiten con alguna situación que el niño reconozca, un ejemplo que le sea familiar. Pídele que te cuente qué colores son sus preferidos y reflexionen qué quiso expresar un artista con sus pinturas. Por supuesto que un dinosaurio en un museo es una mejor atracción que una escultura abstracta, al menos a simple vista, pero puedes contar alguna historia entretenida que se relacione con la obra para captar la atención de tu hijo.

Abre el espacio para el debate





No reprimas las preguntas o inquietudes de los pequeños. Cosas que para un adulto no tienen sentido o son obvias, no lo son para los niños, de modo que responde elocuentemente y deja espacio para el debate. Lo mejor que puede pasar es que ellos terminen sacando su propia conclusión al darles más elementos.

Apoya la forma en que tu hijo aprende y juega. Algunos niños son más pasivos y observadores, algunos son decididos y participativos y otros no pueden quedarse quietos ni un segundo.

Haz preguntas abiertas

En vez de preguntar "¿Les gusta la estatua del Sr. Juan Pérez?" que seguramente responderán con un "Sí" o "No", es conveniente dar lugar a la elaboración. "¿Qué opinan de la estatua del Sr. Juan Pérez?" y "¿Qué es lo que más les gusta de ella?" son buenas formas de incentivarlos a participar.

Duración del paseo





Ten en cuenta que el paseo debería durar menos de una hora, para que los pequeños no se aburran. Si la visita requiere más tiempo, pueden tomarse un "recreo" para tomar una bebida o comer algo y luego continuar recorriendo.

Planifica tu visita

Haz un llamado al museo antes de tu visita, de esa forma ya sabrás los horarios de muestras, actividades y atracciones.

Asesórate con las autoridades del museo; generalmente hay actividades programadas para padres e hijos, visitas guiadas más llevaderas para los niños, etc. ¡Y tú también puedes divertirte!

¡A divertirse en el museo!

Para evitar muchedumbres, es bueno visitar el museo bien temprano o a última hora, mejor aún si es día de semana. Lleva a tus hijos cuando estén bien descansados para que no se aburran durante la salida.

Cómo lograr que tus hijos no se aburran:




Siendo tú el que los siga a ellos. Averigua dónde hay cosas que puedan interesarles y coméntaselos entusiasmado.
Pregúntales qué les parece todo, qué opinan, compara tus gustos con los de ellos, cuéntense historias, relaciona los hechos históricos o sociales con lo que vieron en la escuela, o con casos de su propia vida. Hasta las series de dibujos animados te servirán para relacionar tus comentarios.
Observa las obras expuestas de diversos ángulos, cerca, lejos e incluso desde el piso. Que tus hijos te imiten. Les resultará divertido y terminarán aprendiendo.
Incentiva su creatividad. Lleva al museo un block de hojas en blanco y unos crayones, lápices o lo que se te ocurra. Juega con ellos a tratar de dibujar y pintar las obras en exposición. Esto les fascinará.
La prioridad es la seguridad

En medio de un museo repleto de gente, una madre desesperada busca a su hijo de tres años. "¿Tomás? ¡Tomás!" lo llama. Sujeta del brazo al primer guardia del museo que ve y le dice: "¡Por favor, ayúdeme a encontrar a mi hijo! ¡Tiene sólo tres años! Me descuidé un segundo y desapareció..."

No muy lejos de allí, un niño llorando no encuentra a su madre.

Este es un caso típico de miles que suceden a diario en todo el mundo. Por eso es importante estar pendiente de tu hijo sin descuidarte un instante y enseñarle algunas reglas básicas de seguridad. Debes acostumbrarlo a que se mantenga cerca de ti y explicarle que si llegan a separarse no abandonarás el edificio sin él. Bajo ningún concepto debe salir a la calle, donde hay muchos más peligros que dentro de cualquier edificio.





Es importante enseñarle a no tratar con extraños, pero es útil que reconozca a las autoridades que pueden ayudarlo ante una emergencia. Puedes presentarle a las autoridades del museo antes que nada, de modo que sepa a quién recurrir y ellos también estén al tanto. Es útil fijar un punto de encuentro si se extravían, cerca del stand de informaciones o de seguridad.

Si tus hijos son muy pequeños puede que se les dificulte llegar a un punto de encuentro, por lo que lo mejor en estos casos es avisarles que se queden quietos en el mismo lugar. De esta forma tardarás menos en encontrarlos.

Tu hijo siempre es tu responsabilidad y su comportamiento en el museo también. Mantente siempre cerca de tus hijos, sin perderlos de vista. No los dejes treparse a ningún lado, ni andar corriendo durante las exhibiciones.





Si encuentras objetos que pueden ser peligrosos (trozos de latas, vidrio o cualquier otra cosa que pueda causar daño) ayuda al staff del museo recogiéndolos y desechándolos de manera adecuada.

Eres el principal maestro de tu hijo, dando el ejemplo te imitarán en la correcta forma de comportarse. En áreas destinadas al esparcimiento de los pequeños, deja bien limpio y ordenado el lugar antes de retirarte. Incluso pueden ayudarte tus hijos, sería óptimo. No lleven comida ni bebidas durante las visitas guiadas.

Con estos consejos seguramente aprovecharás al máximo la salida y te divertirás de una forma original en el museo.

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