jueves, 21 de febrero de 2008

Viajar a España

Durante décadas, España ha atraído a multitud de visitantes de las frías y húmedas tierras del norte de Europa, por la extroversión de sus gentes y la fiabilidad de su clima veraniego, pero este complejo país es mucho más que la Costa del Sol y un par de cañas. Está empapada de la magnificencia histórica del Imperio y los conquistadores, del legado artístico de Goya, Velázquez, Picasso y Dalí, de la novela de caballerías Don Quijote de la Mancha y de la presencia de artistas e intelectuales internacionales.

Los mejores meses para visitar España son mayo, junio y septiembre, y si el el destino elegido es el sur, también son idóneos abril y octubre. En esta época las temperaturas son suaves y es el momento adecuado para evitar el calor más extremo que en ocasiones se alcanza, así como las aglomeraciones de turistas, tanto españoles como extranjeros. Por otro lado, en algunas zonas del territorio peninsular se disfruta de un clima agradable durante prácticamente todo el año. Los inviernos son suaves en las costas sur y sureste del Mediterráneo; en el verano, si el bochorno es demasiado intenso, es preferible retirarse hacia el noroeste o a cualquiera de las playas o montañas que ofrece el país. Para no perderse las fiestas y festivales, hay que tener en cuenta que los más destacados se concentran entre Semana Santa y septiembre.

Madrid

Puede que Madrid no tenga el glamour o las facilidades de Barcelona, pero todo lo que le falta de estilo le sobra en sustancia: cuenta con una colección extraordinaria de museos y galerías, preciosos parques y jardines y una vida nocturna inagotable.
La Puerta del Sol es el mejor punto de partida para descubrir Madrid. Sol, como lo llaman sus habitantes, no es más que un cruce de calles repleto de paradas de autobús, pero está situado en la zona más céntrica de la ciudad. Aunque Madrid es una metrópoli enorme, la parte que realmente puede interesar al viajero está comprendida entre el Campo del Moro, al oeste, y el Parque del Buen Retiro, al este. La calle más interesante es la Gran Vía, pero la Plaza Mayor es el verdadero corazón de la localidad.
No hay que perderse una de las mejores galerías de arte del mundo, el Museo del Prado, que exhibe una gran parte de las obras españolas, italianas y flamencas más sobresalientes desde el siglo XV hasta el XIX. Entre ellas, se incluyen muchos trabajos de Goya y de Diego de Velázquez. También es muy recomendable el Casón del Buen Retiro, que alberga un excelente muestrario de arte español del siglo XIX. La mejor lección de historia del arte la proporciona el Museo Thyssen-Bornemisza, una colección privada de pinturas desde Tiziano hasta Pollock. El Museo de Escultura al Aire Libre muestra unas interesantes esculturas abstractas realizadas por los artistas contemporáneos españoles de mayor prestigio en el país, entre los que se encuentran Chillida y Miró. Después de haber disfrutado con tan inmensa cantidad de arte, nada mejor que una parada en el Real Jardín Botánico, junto al Prado.
La visita al Palacio Real satisfará la curiosidad del pequeño decorador que todos llevamos dentro, aunque sólo sea para ver qué es lo que puede pasar cuando se da rienda suelta a la imaginación; allí se encuentran las paredes y techos más recargados que se puedan imaginar. También puede deleitarse con la austera y lúgubre catedral de Nuestra Señora de la Almudena, que se abrió al público en 1992 después de nada menos que 110 años de construcción.
Madrid cuenta con una de las plazas de toros más grandes del mundo, la Plaza de Toros Monumental de las Ventas. Éste es uno de los mejores lugares para disfrutar de una corrida taurina. Los partidos de fútbol son una opción nada desdeñable si los equipos locales preferidos, el Real Madrid y el Atlético de Madrid, juegan en casa. El domingo por la mañana es un buen momento para conseguir oportunidades en el Rastro, uno de los mercadillos más grandes que se puedan visitar. Se suele decir que éste es el lugar al que acudir cuando se quiera recuperar el radiocasete del coche, así que conviene prestar especial atención al bolso y a los bolsillos.
No es difícil encontrar alojamiento en Madrid. En verano, los madrileños abandonan la ciudad, debido a las elevadas temperaturas, así que ésta es una buena época para regatear por el precio de una habitación. El resto del año merece la pena intentarlo sólo si uno ha planeado permanecer durante una temporada. Santa Ana es una de las zonas más populares para hospedarse, y está próxima a numerosos restaurantes y locales nocturnos. El epicentro de la vida nocturna madrileña es la plaza del Dos de Mayo, en Malasaña.

Barcelona

En caso de visitar sólo una ciudad española, ésta debería ser Barcelona. Su elegancia y romanticismo se mezcla con la energía y el desenfreno propios de una ciudad porteña. La arquitectura única e inspiradora de Antoni Gaudí se puede admirar en sus conocidas obras, como la Sagrada Familia y el Parc Güell; también se recomienda dedicar un tiempo al Museu Picasso y a la Fundació Joan Miró, ambos templos del arte de categoría mundial. La Ciudad Condal cuenta con un barrio antiguo fascinante, el barri gòtic y una vida nocturna comparable a otras ciudades españolas.
Un buen lugar para explorar los secretos de la ciudad es la zona de La Rambla, la Plaça de Sant Josep Oriol y la Plaça Reial. La tendencia en estos lugares es encontrarse con un constante ajetreo y flujo de gente paseándose y disfrutando del ambiente. En esta área, abundan cafeterías, bares, tiendas y monumentos.
Al norte de la ciudad, el fabuloso Parc Güell es un modelo ideal del trabajo gaudiniano. En el Passeig de Gràcia y sus alrededores también se concentran numerosas edificaciones creadas bajo los parámetros de la arquitectura modernista. En la montaña de Montjuïc resplandece el complejo arquitectónico de inspiración ibicenca que alberga la Fundació Joan Miró, uno de los mejores museos de arte contemporáneo de España, y cuya visita se hace imprescindible.
Ante la impresionante catedral gótica de la Ciudad Condal, cada domingo al mediodía la gente se reúne para bailar sardanas, la danza tradicional catalana. Al este de la seo, se ubica el maravilloso Museu d'Història de la Ciutat, donde se puede disfrutar de un paseo subterráneo a través de las excavaciones de la Barcelona romana y visigoda.
Los mercadillos idóneos para comprar son Els Encants Vells, situado en la Plaça de las Glòries Catalanes; el mercadillo de antigüedades, en la Plaça Nova; y el mercadillo de artesanía en la Plaça de Sant Josep Oriol. Barcelona acoge innumerables tiendas de diseño suficientes para satisfacer a los amantes de la moda más exigentes.
Una vez finalizadas las compras, se puede comer y beber en alguno de los muchos bares de la ciudad, cuya oferta no se limita a las bebidas. El mayor número de locales para degustar la gastronomía local se concentra en los alrededores de la Rambla. A ambos lados de esta famosa vía, en el casco antiguo, se encuentran muchos de los alojamientos de la zona.

Toledo

Esta ciudad medieval de estrechas callejuelas, situado en lo alto de una colina sobre el río Tajo, es uno de los monumentos históricos de España todavía intacto. La población está repleta de museos, galerías, iglesias y castillos fascinantes pero, desgraciadamente, también está abarrotada de excursionistas. Así que, para disfrutar de Toledo, se recomienda pasar la noche y explorar la villa al anochecer o temprano por la mañana. Dominando la ciudad se alza el Alcázar, escenario de batallas militares desde la Edad Media hasta el siglo XX. La imponente catedral, situada en la zona más céntrica, acoge gloriosos murales, vidrieras y obras de El Greco, Velázquez y Goya. Otros lugares de interés son las dos sinagogas de la ciudad; la iglesia de Santo Tomé, donde puede contemplarse la obra maestra de El Greco, El entierro del Conde de Orgaz; y el Museo de Santa Cruz. Los arqueólogos que trabajan en la localidad de Carranque (Toledo) descubireron una basílica romana del siglo IV, la más antigua de España.

Valencia

La tercera ciudad más extensa de España, capital de la Comunidad Valenciana, suele sorprender a muchos. Valencia, bendecida por un magnífico clima, es la cuna de la paella, del Santo Grial y de las Fallas, una de las fiestas más celebradas del país.
Uno de los atractivos de la ciudad es el barroco Palacio del Marqués de Dos Aguas, con una fachada extraordinariamente esculpida y un interior no menos espectacular. El Museo de Bellas Artes, uno de los mejores del país, posee obras de grandes genios de la pintura, como Murillo, Goya y Van Dyck, así como el trabajo de diversos impresionistas valencianos. El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) acoge una magnífica colección de arte contemporáneo español. También merece la pena visitar la catedral y ascender hasta lo más alto de su torre para disfrutar de una panorámica de la ciudad valenciana.

Granada

Durante el período de dominación árabe, Granada fue la población más bella de la península. En la actualidad, sigue poseyendo el mejor legado musulmán en Europa y uno de los monumentos más admirados del continente: la Alhambra.
La Alhambra es uno de los mayores logros del arte y la arquitectura islámicos. Se ha escrito mucho sobre la fortaleza, los palacios, sus patios y sus jardines, pero el visitante siempre se sorprenderá ante tanta belleza. La fortaleza musulmana de la Alcazaba fue construida en el siglo XI y, desde lo alto de sus torres, se contempla una magnífica vista del núcleo urbano. Los Palacios Nazaríes son la pieza central de la Alhambra, y son especialmente notables por la complejidad de su obra de sillería. Por último, el Generalife, la residencia de campo de los sultanes, está rodeado de jardines de gran sosiego y belleza.
Después de la Alhambra, el mayor atractivo de la ciudad granadina lo constituye la urbe en sí misma, emplazada a los pies de Sierra Nevada. Es un placer pasear por las estrechas calles del Albaizín, antiguo barrio musulmán, atravesar el río desde la Alhambra o recorrer la zona de la plaza Bib-Rambla. También son muy interesantes la Casa del Castril (museo arqueológico), en los Baños Árabes y en la Capilla Real, donde están enterrados los Reyes Católicos, conquistadores cristianos de Granada. Junto a la capilla, se eleva la catedral, que data de principios del siglo XVI. Una visita imprescindible son las cuevas del Sacromonte, situadas en una ladera de la colina, al norte de la ciudad.

Sevilla

Sevilla es una de las ciudades más apasionantes de España, con sus magníficos parques y jardines, monumentos árabes, flamenco, corridas de toros y una densa población estudiantil. La Exposición Universal en 1992 convirtió la metrópoli en centro de atención mundial. El mejor momento para visitar Sevilla es durante la Semana Santa o la Feria de Abril, ambas experiencias inolvidables.
La inmensa catedral sevillana posee una de las mayores plantas de todas las seos del mundo. Su estructura es mayoritariamente gótica, aunque tras el derrumbamiento de su cúpula central en 1511 se le aplicó el estilo renacentista. Se recomienda subir a la Giralda, la torre de la catedral, para disfrutar de otra perspectiva de la ciudad. Otros lugares de interés son el Alcázar, un suntuoso palacio erigido en la época musulmana; y el Archivo de Indias, que alberga más de ochenta millones de páginas de documentos que datan desde 1492 hasta la pérdida de las colonias americanas.
En la capital andaluza también se puede pasear por el parque de María Luisa, entre su laberinto de caminos, jardines, pequeños y bellos patios, fuentes y césped sombreado; descubrir la interesante colección de antiguas estatuas y lápidas de bronce del Museo Arqueológico; y divertirse en el singular, y según como se mire kitsch, Museo de Artes y Costumbres Populares.

San Sebastián

San Sebastián es un lugar cautivador. Conocida como la ciudad de veraneo de las clases acomodadas españolas, ha sido centro del resurgir de la cultura vasca así como del movimiento político nacionalista. Donostia, como se le denomina en euskera (el idioma vasco), es una ciudad sorprendentemente placentera, con una población de aproximadamente 180.000 personas. Sus habitantes se consideran la gente más afortunada de España; y es probable que el turista llegue a sentir lo mismo después de pasar unos días en sus playas y unas cuantas noches probando sus exquisitas tapas y la inagotable vida nocturna de la ciudad.
Una de las playas más hermosas de la península es la playa de la Concha y su continuación, Ondarreta. Se puede nadar desde este punto hasta la isla de Santa Clara, situada en el centro de la bahía Durante el verano, el ayuntamiento facilita balsas a mitad de camino para poder descansar.
El Museo de San Telmo, un antiguo convento del siglo XVI, contiene en su interior de todo un poco: antiguas lápidas, esculturas, muestras de agricultura y carpintería, una maravillosa colección de arte y el suelo más ruidoso de España. El monte Urgull y su estatua de Cristo dominan la bahía de la Concha y, desde la cima, se disfruta de unas excepcionales vistas.

Islas Baleares

Cada verano, gran multitud de turistas de diversos países invaden las islas Baleares, situadas en las azules aguas del Mediterráneo, en la costa este de España. No es de extrañar, considerando sus magníficas playas, el sol abrasador y la animada vida nocturna. Lo más sorprendente ha sido su capacidad para mantener su identidad y sus fuertes lazos con el pasado. Además de las playas y los clubs nocturnos, el archipiélago ofrece a sus visitantes la posibilidad de descubrir sus catedrales góticas, sus yacimientos prehistóricos, las pequeñas poblaciones pesqueras y los interminables campos de olivos y naranjos que le caracterizan. Las Baleares están formadas por cuatro islas: la mayor es Mallorca, seguida por Menorca, Ibiza y la diminuta Formentera. Esta última es la menos urbanizada; Ibiza atrae a los amantes de las fiestas y de la moda, así como a los gays y hippies. La también denominada Pitiusa (isla de los pinos) es uno de los crisoles culturales más singulares del mundo.

Bilbao

El Museo Guggenheim de Arte Contemporáneo es una de las pruebas de cómo Bilbao, la ciudad más grande del País Vasco, está pasando de ser una ciudad posindustrial a convertirse en una ciudad con ambiciosos proyectos de renovación urbanística. Diseñada por el arquitecto estadounidense Frank O. Gehry, esta construcción de cristal y titanio, semejante a la anatomía de un pez y al casco de un barco, es la joya de la ciudad. El interior no es menos impresionante que el exterior: obras de Serra, Braque, Kandinsky, Picasso, Warhol y otros artistas se reparten entre sus salas. También destaca el Museo de Bellas Artes, a sólo 300 metros de distancia. Los restaurantes y bares del casco antiguo son una buena opción para recuperarse de tan artístico paseo

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