miércoles, 6 de febrero de 2008

Viaje a Marruecos: Marrakech - Aït Benhaddou

Alquilamos un coche en Marrakech para iniciar nuestra aventura por el país en una escapada que nos llevaría por el centro y sur del país durante ocho días. El coche lo habíamos acordado desde casa y fue una grata sorpresa encontrarnos con un modelo superior por el mismo precio.

El primer destino en nuestra primera jornada fue seguir el valle de Ourika hasta llegar a Aït Benhaddou donde se halla una de las kasbas más impresionantes del país, atravesando el Atlas Central por un paso a más de 2.200 metros.

Encontrar la vía de escape de Marrakech en coche no fue tarea fácil. Las señales e indicativos en carretera brillan por su ausencia. Nos costó una buena media hora encontrar la carretera de salida en dirección a Ouarzazate tras preguntar a unos cuantos locales que cada vez parecían indicarnos direcciones distintas. Finalmente encontramos la carretera que dejaba a nuestras espaldas la bulliciosa capital de los bereberes y lo celebramos comiendo un buen taijin y unos tés en uno de los innumerables locales donde nadie pensaría que se come de maravilla y, por supuesto, barato.


Proseguimos la ruta que tras áridos paisajes va serpenteando y encaramándose por las abruptas paredes del Atlas Central. Es un espectacular recorrido con el collado de Tizi N’Tickka a 2.250 metros de altura. Un desolado y bello paisaje nos esperaba en ese lugar inhóspito y seco. Algunas capas de nieve perenne en las cumbres y un infinito paisaje de áridas sierras que se extienden a norte y sur.

Descendiendo el collado, decidimos que Aït Benhaddou sería nuestro punto final de trayecto en nuestra primera jornada.

El camino es un paraíso para geólogos. En la misma carretera se ve un gran número de locales vendiendo todo tipo de piedras. Al final uno acaba un poco harto de tanta piedra!

Descartamos dormir en Ouarzazate ya que es trata de uyn lugar grande y de paso que no parece tener un carácter singular. Preferimos dormir en Aït Benhaddou donde se halla posiblemente el kasba más espectacular de Marruecos. Aquí se han grabado escenas de una multitud de películas como Gladiator, Lawrence de Arabia o Jesús de Nazaret.

El lugar está muy bien preservado y es un maravilloso lugar para perderse por sus pequeñas callejuelas e incluso entrar –si alguna mujer os permite por una pequeña donación- en las casas que comunican con las otras callejuelas que acercan hasta la cima. Aquí la electricidad no ha llegado ni por asomo por lo que es preciso aprovisionarse de frontal si se visita a últimas horas de la tarde para ver el atardecer o por la mañana si se quieren ver los primeros rayos del sol.

Un atardecer a lo alto del kasba es una auténtica delicia. Desde aquí se albira una enorme extensión de la zona cortada con el oponente muro del Alto Altas, el pueblo al otro lado del río y un mar de soledad y piedras rodeando la colina como si de un océano árido de tratara.

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